miércoles, 1 de abril de 2015

Lo que ya conoces...

01/04/2015


Bueno, quizá tenía que ser así, no lo sé. No me importa una mierda lo que pienses cuando leas esto, cariño (si es que lo llegas a leer). Pero por algún momento pensé que eras realmente un ente libre y eso me atrajo mucho de ti. Seré sincero, tú y yo sabemos que no soy la mejor persona en ninguno de los casos, que física y psicológicamente estoy destruido (y no tenías que conocerme más, ni ser una genio para darte cuenta de eso). Pero me gusta pensar y lo sabías.

Solamente soy un alcohólico, pseudo escritor, que tan solo podía ofrecerte eso, botellas vacías de cerveza, letras y pensamientos crudos. Y fue genial (en un momento) encontrarte e imaginar que quizá por azares del destino (sin querer), había hallado un ser tan mágico que solamente estaba atada a la libertad de sus pensamientos.

Corazón no intento herirte, pero me decepcionas. En serio, aún ahora te quiero mucho, no como ayer pero te sigo queriendo un chingo y me duele saber que perdiste esa forma mística de pensar (que tanto me gustaba) y te casaste con la inseguridad, y te dejaste llevar por lo que otras personas decidían que era lo correcto para ti. Realmente estoy sorprendido. Nunca creí que tu podrías caer en ese juego tonto de personas que creen que pueden modificar tu mundo a su antojo (sin importar sin son “tus mejores amigos” o “familia”), y lo que menos creí posible, es que tú se los permitieras.

Estoy absorto. Sorprendido. Hasta cierto punto mutilado por todo esto. Sin rencores, sin ardides (no sé si esta palabra existe), sin importancia, pero ¡Qué pena me da tu caso! Jaja (disculpa la risa, pero lo releí y me causo mucha gracia).

Tú podrías tener lo que quisieras entre tus manos, porque tienes esa capacidad de crear colores y hermosos arcoíris con tus diferentes sonrisas. Pero de nada sirve la belleza de la naturaleza dando un show en un circo. ¡Qué lástima! ¿Cuántas personas son felices por tu causa? ¿Y tú? En serio, no tienes que mentirte, cuando lees.

Diré que te extraño, sí, mucho. Diré que quisiera que regreses, pero ya nada importa porque todo está perdido. Te perdiste. Y si regresaras ahora, solamente me quedaría irme a mí. Así que por favor, no lo hagas. Pero si alguna vez te encuentras de nuevo, mándale mis saludos más sinceros a ese ser que una vez quise y dile que la sigo queriendo, que la extraño demasiado. Pero quiero aclararte que no te extraño a ti, sino a ella. No te confundas. Ella que era un reto en la mente de cualquier artista, ella que era un poema de una métrica no precisa pero hermosa. A ella de estrellas en la mirada, arcoíris en la sonrisa y suave brisa del mar en el tacto. A ella sí, la extraño. Espero tú también.

Por mi parte, te diré que (aunque sé que no te importa) me encuentro bien. Aunque sigues haciendo falta, tengo un poco de poesía en el escritorio, unas cuantas letras, algo de música en la guitarra, la misma vieja bicicleta y algunas botellas de cerveza esperando destaparse. Todo lo que ya conoces junto a mis crudos pensamientos.

Escritos de un prosaico pseudo enamorado.


4 comentarios:

  1. Wow!! mentí cuando te dije que ya te había leído y entré presuros, no fuera me preguntaras y me pillaras en la mentira y mira no más ocn lo que me neuentro!!!

    La verdad es que es buenísimo! Te felicito, tu muy bien !!!

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    1. Jajaja eso no es de Dios, muchas gracias por leerme presurosa!!

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  2. Buenísimo. Además de poeta, alcohólico y demás haces que se vea su egocentrismo y su incapacidad para ver que tal vez él fue la causa del cambio de ella. También me gusta en entrelíneas esa angustia que él siente pues de algún modo sabe que existe la posibilidad de que ella vuelva a ser el arcoíris :) desgraciadamente será con otra persona. Muy buena entrada y un abrazo

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    1. Muchas gracias por leer Ana Lía, ¡Un enorme abrazo!

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